Una mujer conduce un coche con un sistema de GPS instalado, el 4 de agosto de 2006 en la localidad francesa de Saint-Germain-en-Lay. La policía estadounidense necesitará autorización judicial para buscar a criminales con un GPS.

Una mujer conduce un coche con un sistema de GPS instalado, el 4 de agosto de 2006 en la localidad francesa de Saint-Germain-en-Lay. La policía estadounidense necesitará autorización judicial para buscar a criminales con un GPS.

La hazaña de Yuri Gagarin, primer hombre en el espacio, no parece tener ninguna relación con un corazón artificial, un freno dental o un aparato utilizado por un productor español de jamones. Pero todos ellos son producto de tecnologías desarrolladas para conquistar el espacio.

Es frecuente asociar las innovaciones espaciales con los robots, las telecomunicaciones o el GPS. Pero una multitud de otros objetos son repercusiones de esa conquista del espacio iniciada con el vuelo del joven cosmonauta ruso, hace 50 años.

Las tecnologías desarrolladas por la Agencia Espacial estadounidense han dado lugar a unas 1.600 innovaciones en otros campos, frecuentemente muy alejadas del área de investigación principal, reporta la NASA.

Y el programa de transferencia de tecnologías de la Agencia Espacial Europea (ESA) reporta la producción de más de 200 objetos derivados de su investigación del espacio.

La exploración espacial ha repercutido notablemente en el campo de nuevos materiales, como los paneles solares, derivados de los utilizados para alimentar las naves espaciales.

Esas naves para explorar el espacio emplean también una serie de materiales "con memoria de forma", una aleación con titanio, con el que ahora se fabrican aros de lentes, ciertos tipos de sujetadores quirúrgicos y los pequeños tubos utilizados para desatascar las arterias.

La medicina se ha beneficiado también de manera considerable de las repercusiones de la conquista espacial.

Generaciones de niños pueden agradecer a los astronautas que les permitieron remplazar los antiguos termómetros, incómodos y desagradables, por aparatos auriculares que utilizan las técnicas elaboradas para observar los rayos infrarrojos de los astros lejanos.

Los cardíacos y los diabéticos pueden también agradecer a la tecnología espacial. Por ejemplo, una bomba utilizada en los corazones artificiales, llamada "bomba de ayuda ventricular" - diez veces más pequeña que los anteriores modelos-, es producto de los sistemas de supervisión de los carburantes en los motores de las naves espaciales.

Derivado del programa Viking de exploración de Marte, otro aparato alivia las dificultades cotidianas de los diabéticos, inyectándoles de manera continuada la insulina, según un ritmo programado.

Y los sistemas de purificación del agua para las misiones espaciales de larga duración están en la base de la creación de un aparato de diálisis portátil.

Trajes que resisten al calor, máscaras de protección, sistemas de respiración: los bomberos se benefician también de los equipos creados para los astronautas en sus vuelos espaciales.

La investigación espacial salva también vidas, por ejemplo con el airbag, ese colchón que se infla en caso de choque de un vehículo.

Ahora obligatorio en los vehículos en numerosos países, el airbag es un resultado de los colchones inflables que sirven para orientación de los satélites.

La exploración del espacio tiene incluso impacto en las sonrisas de millares de adolescentes: la cerámica translúcida, utilizada por el ejército en la detección de misiles, es utilizada en frenos dentales, que ahora son casi invisibles.

Todavía más insólito: la tecnología elaborada por la ESA para estudiar los desplazamientos de fluidos en el cuerpo de los astronautas sirve ahora a los productores de jamones españoles para medir la tasa de humedad de sus jamones etiquetados.